Doctrina de Salvación II

CAPÍTULO 6

ELÍAS: HOMBRE Y PROFETA

ELÍAS EN LA LEYENDA

MUCHAS NACIONES TIENEN TRADICIONES ACERCA DE ELÍAS EL PROFETA. Elías el Profeta ocupa un lugar en las leyendas de muchos pueblos. Sabemos que entre los griegos, él es el santo patrón de las montañas e inclusive muchas montañas de Grecia llevan su nombre. La Iglesia Católica Romana lo considera el fundador de la orden de los “carmelitas descalzos”.

Asimismo, los mahometanos le han honrado en sus tradiciones, y es a menudo confundido con el gran y misterioso El-Khudr, el errante eterno que, habiendo bebido de las aguas de la vida, permanece en eterna juventud y aparece de tiempo en tiempo para corregir los males de los hombres. Por supuesto que esto proviene del hecho de que Elías el Profeta fue un ser trasladado.

Entre los judíos ocupa un lugar de honor en su historia, lo cual no le va en zaga a los profetas. En el Nuevo Testamento es mencionado en muchas ocasiones, a veces con referencia a sus obras y ministerio en Israel cuando vivía entre los hombres, y otras con referencia a su futura misión.1

LA CREENCIA JUDÍA EN LA VENIDA DE ELÍAS EL PROFETA. Edersheim, en su obra The Temple, dice: “Hasta este día, en cada hogar judío, en cierta parte de los servicios de la Pascua [es decir, cuando beben la ‘tercera copa’] se abre la puerta para dejar entrar a Elías el Profeta como precursor del Mesías, al mismo tiempo que se leen pasajes apropiados que profetizan la destrucción de todas las naciones paganas. Es una coincidencia notable que, al instituir su propia Cena, el Señor Jesús relacionó el símbolo, no del juicio, sino de su gran amor con esta ‘tercera copa’.”

Fue el tres de abril de 1836, cuando los judíos en sus hogares durante la fiesta pascual, abrieron las puertas para que entrara Elías el Profeta. Ese día sí entró Elías el Profeta, pero no en los hogares de los judíos para participar de la Pascua con ellos, sino que apareció en la casa del Señor, erigida en su nombre y recibida por El en Kirtland, y allí confirió sus llaves para realizar las mismas cosas que estos judíos, reunidos en sus hogares, estaban buscando.2

ELÍAS TISBITA. Me gustaría tomar un momento para tratar la historia, por breve que sea, del ministerio de Elías el Profeta.

Vivió alrededor de 900 años antes de Cristo, durante el reinado del rey Acab en Israel, de quien se narra que hizo más que todos los reyes anteriores a él para hacer que este pueblo pecara. Según narra la historia, Elías el Profeta apareció repentinamente. Es conocido como Elías tisbita, de los moradores de Galaad; y eso es todo lo que sabemos de él en cuanto concierne a su lugar de nacimiento y de residencia.

LA CREENCIA DE QUE ELÍAS EL PROFETA NO TUVO PADRES. El hecho de que apareciera repentinamente, y de la misma manera se haya marchado y sólo se haya mezclado con la gente cuando el Señor lo enviaba con alguna instrucción o mandamiento, ha hecho que muchos consideren a Elías el Profeta semejante a Melquisedec; por supuesto que están errados, porque no entienden las Escrituras. Sabéis que en el libro de Hebreos se habla de Melquisedec de esta manera, que era “Rey de Salem, esto es, rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que no tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.”3

Ahora bien, el mundo ha comentado muchísimo sobre eso, y debido a este pasaje ha deducido que Melquisedec no nació en el mundo como los otros hombres, que no tuvo ni padre ni madre. Pero esa no es la interpretación correcta. Y han aplicado el mismo razonamiento a Elías el Profeta, debido al hecho de que su naturaleza era un tanto misteriosa. El significado correcto de ese pasaje de las Escrituras debe ser el siguiente:

“Porque este Melquisedec fue ordenado sacerdote según el orden del Hijo de Dios, el cual orden era sin padre, sin madre, sin genealogía; no teniendo principio de días, ni fin de vida. Y todos los que son ordenados a este sacerdocio son hechos semejantes al Hijo de Dios, permaneciendo sacerdotes para siempre.”4

ELÍAS EL PROFETA EN EL ANTIGUO ISRAEL

ELÍAS EL PROFETA TENÍA EL PODER DE SELLAR LOS CIELOS. La primera aparición de Elías el Profeta de la cual nos enteramos, se encuentra en el capítulo 17 de 1 Reyes, cuando se presentó ante el rey y dijo: “Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.”5

Hay algo muy significativo en ese decreto. Quiero que lo percibáis. Seguidme atentamente de nuevo: “Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.” El énfasis que pongo sobre esto es para impresionaros con el poder de sellamiento mediante el cual Elías el Profeta podía cerrar los cielos, para que no hubiera lluvia ni rocío hasta que él hablara.

Después de que Elías el Profeta hiciera esa predicción, partió repentinamente y constituyó su morada sobre las márgenes del arroyo de Querit, donde los cuervos le daban de comer.

LOS MILAGROS DE ELÍAS EL PROFETA. Después de que se secó el arroyo a causa de la sequía, el Señor le mandó que fuera a una tierra extraña, de modo que partió y se dirigió a la ciudad de Sarepta de Sidón, donde una mujer viuda había recibido orden del Señor para alimentarle; cuando llegó, encontróla recogiendo leña para hacer fuego. El le pidió algo de comer, y en su apuro y angustia ella dijo que apenas tenía suficiente harina y aceite para hacer una torta; pues sólo estaba recogiendo leña a fin de hacer esa torta para ella y su hijo, y después morir. Mas Elías el Profeta le ordenó que fuera y preparara primero para él. ¿Pensáis que eso es egoísmo? No, no cuando conozcáis las circunstancias. La mujer le reconoció como un hombre con autoridad, y confiando en él, hizo como él le había mandado. El resultado fue que durante el tiempo de carestía no disminuyó el aceite de la vasija de la mujer y la harina de su tinaja no escaseó.

Fue durante esta su estancia cuando Elías el Profeta levantó de entre los muertos al hijo de la mujer y se lo restituyó nuevamente.

EL ENCUENTRO DE ELÍAS EL PROFETA CON ABDÍAS, Pasaron tres años, y entonces la palabra del Señor vino a él ordenándole regresar a la tierra de Israel y mostrarse ante el rey Acab con un mensaje. Regresó pues Elías, y yendo por el camino se encontró con Abdías, el mayordomo del rey. Cuando Abdías vio a Elías el Profeta se sobrecogió y díjole: “¿Sabéis que mi amo os ha estado buscando por todas partes para mataros?” Pero Elías el Profeta le ordenó que fuera al rey con su mensaje. Me agradaría leeros algo de esto. Abdías dijo:

“Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado. ¿Y ahora tú dices: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías?

“Acontecerá que luego que yo me haya ido —deseo que también toméis cuidadosa nota de esto—, el Espíritu de Jehová te llevará adonde yo no sepa, y al venir yo y dar las nuevas a Acab, al no hallarte él, me matará; y tu siervo teme a Jehová desde su juventud. ¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; que escondí a cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve con pan y agua? ¿Y ahora dices tú: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías; para que él me mate?”6 Así era como se sentía Abdías ante la orden que Elías le daba.

ELÍAS EL PROFETA AMONESTA AL INICUO REY ACAB. Permitidme hacer aquí tina pausa para decir algo acerca del inicuo Acab. El se había casado con la hija de Et-baal, rey de los sidonios, y por supuesto ella profesaba un culto idólatra e hizo que Acab sirviera a sus dioses Baal y Asera. Cuando Elías el Profeta vino al rey con su mensaje y selló los cielos para que no lloviera, ella se encolerizó y buscó a los profetas del Señor para matarlos; entonces Abdías, siendo un hombre justo, tomó a 100 de ellos y los escondió para que no pudieran ser hallados. Fue lo que le contó a Elías el Profeta, supongo que para ganar su simpatía, y así cambiar su petición de que le llevara un mensaje al rey.

Mas Elías el Profeta le contestó lo siguiente: “Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que hoy me mostraré a é1.”7

Cuando Abdías comprendió que él se iba mostrar al rey, estuvo dispuesto a llevar el mensaje, pero Elías el Profeta fue personalmente y se enfrentó a Acab. Cuando se encontraron, Acab le dijo: “¿Eres tú el que turbas a Israel?” Y Elías el Profeta le reprendió, diciendo que era él (Acab), el hombre que estaba turbando a Israel. Luego ordenó a Acab que fuera y congregara a sus sacerdotes y falsos profetas de Baal y los llevara a un determinado lugar, para que pudiera reunirse allí con ellos; y el rey le escuchó y tal como se lo mandó así fue hecho.

ELÍAS EL PROFETA DESAFÍA A LOS SACERDOTES DE BAAL. Cuando todo el pueblo se congregó, y también los profetas de los falsos dioses, Elías el Profeta les hizo una proposición. Díjoles: “Tomaremos dos bueyes, vosotros tomad uno y yo tomaré otro. Luego ofreced el vuestro y sacrificadlo en honor a Baal y yo ofreceré un sacrificio al Dios de Israel; y no pondremos fuego debajo de ellos; vosotros orad a vuestros dioses y yo oraré a] Señor y si cae fuego y consume vuestro sacrificio, entonces adoraremos a Baal, pero si cae fuego y consume mi sacrificio, entonces serviremos al Señor.” No es necesario que yo detalle lo que sucedió.

El desafío que Elías el Profeta hizo a los sacerdotes era un desafío al dios fenicio del fuego, Baal el “dios-sol”. Si éste era el dios del fuego, ¿entonces por qué no podría él hacer que cayera fuego para consumir el sacrificio ofrecido en su nombre y de esta manera mostrar a los ojos de Israel que él era en verdad todo lo que sus seguidores reclamaban? Si él no podía hacer tal cosa y sí el olvidado Dios de Israel, ¿no era eso prueba de que los hijos de Israel habían faltado al primer mandamiento que el Señor les dio por medio de Moisés? “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás.”8

ELÍAS EL PROFETA HACE BAJAR FUEGO DEL CIELO. Los sacerdotes se reunieron y construyeron su altar y oraron, comenzando por la mañana, y oraron hasta el mediodía, y luego hasta la hora de ofrecer el sacrificio. Y Elías el Profeta se burló de ellos cuando no recibieron respuesta, y los incitó a gritar más fuerte, pues quizá su dios estaba durmiendo, o estaba de viaje, o quizá cazando, ellos debían gritar en voz alta para llamarle la atención. Luego comenzaron a cortarse con cuchillos, conforme a su costumbre. Después de transcurrido el día y no hubieron recibido respuesta alguna, entonces Elías el Profeta arregló el altar de Jehová que estaba arruinado. Tomó 12 piedras, una por cada una de las tribus de Israel, y puso su sacrificio sobre él, hizo una zanja alrededor del altar, y mandó a sus siervos que la llenaran de agua; luego se arrodilló y oró; después de esto cayó fuego y consumió su ofrenda.

Como resultado de esto, los sacerdotes de Baal fueron ejecutados, lo que enfureció a Jezabel, y nuevamente, Elías el Profeta se vio obligado a huir. Esta vez fue al país del sur cerca de Beerseba, donde se sintió desanimado y deseó que el Señor pusiera fin a su vida; pero fue consolado por un ángel, que le trajo agua y comida; comió hasta estar satisfecho y fortalecido, posteriormente salió de ese lugar y caminó cuarenta días hasta el monte de Horeb. Cuando llegó allí, el Señor le llamó y le preguntó qué estaba haciendo en ese lugar; y en su pena, debido a la dureza de corazón del pueblo, le contó al Señor que sólo él quedaba y que le buscaban para matarle. Pero el Señor le mostró que había otros que permanecían fieles a El, aun 7,000.

ELÍAS EL PROFETA LLAMA A ELISEO PARA QUE SEA SU SUCESOR. Entonces el Señor le dio una misión; que debía regresar a Israel, debía ungir a Hazael como rey de Siria, a Jehú como rey de Israel en lugar de Acab, y a Eliseo para que fuera profeta en su lugar. De modo que regresó y llamó a Eliseo para que le siguiera.

Mientras tanto, Acab había asesinado a un hombre por codicia. Todo ocurrió así: Nabot tenía una viña que Acab deseaba, por lo que éste lo mandó matar. Nuevamente Elías el Profeta se presentó con Acab y le dijo de su crimen, y le predijo además la muerte del malvado rey, y también la muerte de su perversa esposa. Así sucedió, aunque después que Elías el Profeta hubo hablado con el rey, éste se arrepintió, y el Señor desvió parte de su ira. No obstante, los juicios del Señor siguieron a los hijos de Acab, que caminaban en la misma senda inicua señalada por éste, su padre.

Elías el Profeta llamó a Eliseo para que le siguiera, y finalmente, cuando Elías el Profeta fue transportado al cielo en un carro de fuego, Eliseo se convirtió en el profeta de Israel en lugar de Elías el Profeta.9

Ahora bien, existía una razón para que Elías el Profeta fuera trasladado. Los hombres no son preservados de esa manera a menos que exista una razón para ello. Moisés fue llevado de la misma manera, aunque las Escrituras dicen que el Señor lo enterró en la montaña. Por supuesto, el que escribió eso lo hizo de acuerdo con su entendimiento; pero Moisés, como Elías el Profeta, fue llevado sin gustar de la muerte, porque tenía una misión que cumplir. Nos referiremos a eso a medida que avancemos.

LOS LIBROS APÓCRIFOS NARRAN LOS HECHOS DE ELÍAS EL PROFETA. Declaré, al comienzo, que los judíos de las generaciones posteriores tuvieron un gran respeto por Elías el Profeta y su misión. Tengo aquí un relato que he copiado de Eclesiástico, los escritos del hijo de Sirac, quien no fue uno de los escritores inspirados. Este libro es uno de los apócrifos, pero nos da tina idea del sentimiento que en esa época existía entre los judíos referente a Elías el Profeta. Lo leeré:

“Y se levantó Elías, profeta, como fuego, y su palabra era ardiente como una antorcha”.

Ahora, permitidme deciros que en esta interpretación de Elías* no debería decir solamente Elías; debería decir Elías el Profeta. Las referencias a Elías el Profeta en el Nuevo Testamento, donde están interpretadas sólo como Elías, deberían ser: Elías el Profeta. Así es en la versión moderna. Hay una gran diferencia entre Elías y Elías el Profeta, pero no me referiré a ello por ahora.

“Y se levantó Elías, profeta, como fuego, y su palabra era ardiente como una antorcha. El trajo sobre ellos el hambre, y en su celo los redujo a poco. Con la palabra de Dios cerró los cielos, y por tres veces hizo bajar fuego. ¡Cuán admirable fuiste, Elías en tus portentos! ¿Quién podrá gloriarse de parecerse a ti? Tú que arrancaste un muerto a la muerte y al Seol por la palabra del Altísimo. Que empujaste reyes a la fosa y a hombres ilustres de sus lechos. Que escuchaste reproches en el Sinaí y decretos de venganza en el Horeb. Que ungiste reyes para venganza y profetas que te sucedieran. Que fuiste arrebatado en torbellino de fuego, en un carro tirado por caballos ígneos. Tú, de quien está escrito que fuiste preparado para un determinado tiempo. Para aplacar la ira antes de estallar, para reducir** los corazones de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob.

“Dichosos los que te vieron y se durmieron en el amor, porque nosotros también poseeremos la vida.”10

DOCTRINA DEL NUEVO TESTAMENTO SOBRE ELÍAS EL PROFETA Y ELÍAS

ELÍAS EL PROFETA, ELÍAS, Y JUAN EL BAUTISTA. Cuando Juan el Bautista salió del desierto predicando, era un personaje rodeado de cierto misterio; los judíos y los fariseos enviaron mensajeros a Juan para hacerle las siguientes preguntas:

“Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que dama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.

“Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.”11

Ellos se preguntaban quién era Juan. El vino como uno que tiene autoridad, y sabían que los antiguos profetas habían testificado que Elías el Profeta vendría nuevamente. Y se preguntaban si Juan sería Elías el Profeta. Aquí esta escrito Elías, pero en la versión moderna en inglés veo que esta escrito Elijah,* como debería ser. De modo que le preguntaron: ¿“Eres tú el Cristo”? porque sabían que el Cristo tendría ese poder. El dijo: “No soy”.

“¿Eres tú Elías? No, no lo soy.”

“Bien, ¿entonces por qué haces estas cosas? No sabes que estas cosas estaban reservadas para Elías, que iba a ser el precursor del Cristo? Y entonces, si no eres ese profeta, ¿por qué haces esas cosas?” Esas eran las preguntas que le hacían a Juan.

MOISÉS Y ELÍAS EL PROFETA APARECEN EN El. MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN. Nuevamente, después que el Salvador descendió del monte, sus discípulos comenzaron a preguntarle:

“Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?”

Como veréis, estos tres, Pedro, Santiago y Juan, quienes estuvieron en el Monte, donde se les aparecieron Moisés y Elías, comenzaron a preguntar al Salvador el significado de todo esto. Así que preguntaron: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?

“Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.”12

Ahora bien, este pasaje de las Escrituras ha provocado una gran confusión en la mente de mucha gente; y porque el Señor dijo que Elías ya había venido, el mundo ha interpretado eso como el que Juan el Bautista era el Elías, o el cumplimiento de la profetizada venida de Elías el Profeta, y hacen referencia a este pasaje presentándolo como una contundente evidencia. El Señor tenía en mente dos consideraciones: Primero, debía venir Elías el Profeta y restaurar todas las cosas, y segundo, Elías ya había venido.

ELÍAS EL PROFETA Y MOISÉS: SERES TRASLADADOS

MOISÉS Y ELÍAS EL PROFETA DIERON LAS LLAVES A PEDRO, SANTIAGO Y JUAN. Cuando Moisés y Elías el Profeta se les aparecieron en el monte al Salvador, a Pedro, Santiago y Juan, ¿qué propósito tuvo su venida? ¿Fue sólo una manifestación espiritual para fortalecer a los tres apóstoles? ¿O simplemente vinieron para consolar al Hijo de Dios en su ministerio y prepararle para su crucifixión? ¡No! Ese no era el propósito. Os lo leeré. El profeta José Smith lo explicó así:

“El sacerdocio es eterno. El Salvador, Moisés y Elías (en otras palabras, Elías el Profeta) entregaron las llaves a Pedro, Santiago y Juan en el Monte de la Transfiguración. El sacerdocio es sempiterno: es sin principio de días o fin de años; sin padre, sin madre, etc. Si no hay modificación en las ordenanzas, no hay modificación en el sacerdocio. Donde se administraren las ordenanzas del evangelio, allí estará el sacerdocio… Cristo es el Gran Sumo Sacerdote; Adán, el siguiente.”13

PORQUÉ FUERON TRASLADADOS MOISÉS Y ELÍAS EL PROFETA. Gracias a eso, entendemos porqué Elías el Profeta y Moisés fueron preservados de la muerte: porque ellos tenían que cumplir una misión, y debía ser cumplida antes de la crucifixión del Hijo de Dios, y no podía ser hecha en el espíritu. Ellos deberían tener cuerpos tangibles. Cristo es las primicias de la resurrección; por tanto, si algunos de los primeros profetas tenían que realizar una tarea preparatoria a la misión del Hijo de Dios, o a la Dispensación del Meridiano de los Tiempos, era necesario que fueran preservados para cumplir esa misión en la carne. Por esa razón Moisés desapareció de entre el pueblo y fue llevado a lo alto de la montaña; lo que ocasionó que la gente pensara que el Señor le había sepultado. El Señor le preservó, para que pudiera venir en el momento preciso y restaurar sus llaves, sobre las cabezas de Pedro, Santiago y Juan, quienes estaban a la cabeza de la Dispensación del Meridiano de los Tiempos.14 Preservó a Elías el Profeta de la muerte para que él también pudiera venir y conferir sus llaves sobre las cabezas de Pedro, Santiago y Juan y prepararlos para su ministerio.

Mas, uno puede decir, el Señor podría haber esperado hasta después de su resurrección, y entonces ellos lo podrían haber hecho. Es bastante evidente, debido al hecho de que así ocurrió, que tenía que hacerse antes; y había una razón. Pudo haber habido otras razones, pero esta es una por la cual Moisés y Elías el Profeta no sufrieron la muerte en la carne, como sucede con los demás hombres.

LO QUE RESTAURÓ ELÍAS EL PROFETA. Por supuesto que después de la resurrección de Cristo, ellos pasaron por la muerte y la resurrección, y luego como seres resucitados vinieron a cumplir una misión de igual importancia en la Dispensación del Cumplimiento de los Tiempos.

¿Por qué fue preservado Elías el Profeta? ¿Qué llaves poseía él? ¿Qué llaves confirió a Pedro, Santiago y Juan? Exactamente las mismas llaves que confirió sobre las cabezas de José y Oliverio Cowdery. ¿Y cuáles eran ellas? Algunos de vosotros podéis decir que fueron las llaves del bautismo por los muertos. No, no fue sólo eso. Algunos de vosotros podéis pensar que eran las llaves de la salvación de los muertos. No, tampoco, eso era sólo una parte de ellas. Las llaves que Elías el Profeta poseía eran las llaves del sacerdocio sempiterno, las llaves del poder para sellar, que el Señor le había dado. Esto fue a lo que vino y confirió sobre las cabezas de Pedro, Santiago y Juan; lo mismo que entregó al profeta José Smith; lo cual incluía un ministerio de sellamiento para los vivos así como para los muertos, no únicamente confinado a los vivos ni tampoco a los muertos por separado, sino que incluye a ambos a la vez.16

LA VENIDA DE ELÍAS EL PROFETA

EL REGRESO DE ELÍAS EL PROFETA PRESACIA LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. Uno de los más importantes acontecimientos relacionados con la restauración y consumación de los propósitos del Señor en los postreros días es la venida de Elías el Profeta con su mensaje y autoridad, volviendo el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que el Señor venga y hiera la tierra con una maldición.

Lo que Malaquías quiere decir, y cómo debe ser llevado a cabo, ha sido uno de los misterios principales de las profecías bíblicas.17 Algunos comentaristas han pensado que esta profecía fue cumplida con la venida de Juan el Bautista en el Meridiano de los Tiempos, pero una cuidadosa lectura pronto disipará tal pensamiento. Los días de Juan, y los que siguieron durante el ministerio de Jesucristo y sus apóstoles, no fueron días ardientes y de venganza en los que los malvados fueron como estopa y la tierra fue purificada de toda su iniquidad.

Este día de preparación en el que se volverán los corazones de los padres hacia los hijos y los de los hijos hacia los padres, manifiesto en el contexto, está reservado hasta los postreros días, o el día de la restauración de todas las cosas. Es un acontecimiento que tendrá lugar, de acuerdo con la profecía, poco antes de que venga el día del Señor, grande y terrible. El día del Señor, grande y terrible, según lo proclama esta profecía, es el día de la venida de nuestro Señor en las nubes del cielo con gran gloria; cuando El tomará venganza de todos los malvados. Será un día terrible para todos los que no se arrepientan y estén llenos de pecado, mas para los justos será un día de paz y salvación. Sin embargo, antes de que venga, deberá haber tina gran obra realizada por la restauración de la autoridad de Elías el Profeta, que es tan potente que salvará a la tierra de la destrucción o de ser herida con una maldición.

UNICAMENTE LOS SANTOS COMPRENDEN LAS PROFECÍAS ACERCA DE ELÍAS EL PROFETA. Uno de los principios peculiares de los Santos de los Ultimos Días, y sólo de ellos, es la creencia de que Elías el Profeta ya ha venido, que ha restaurado sus llaves y convertido los corazones de los padres a los hijos y los corazones de los hijos a los padres, en preparación para la venida de nuestro Redentor con poder y gloria para reinar en la tierra.

Por otra parte, los Santos de los Ultimos Días son las únicas personas sobre la tierra que poseen un claro entendimiento del significado de esta profecía y pueden aplicarla con un conocimiento que les viene por revelación. Fue el tres de abril de 1836, cuando vino Elías el Profeta para cumplir esta profecía; ese día confirió sobre José Smith y Oliverio Cowdery las llaves del sacerdocio y les dijo: “Por tanto, se entregan en vuestras manos las llaves de esta dispensación; y por esto podréis saber que el día grande y terrible del Señor está cerca, aun a las puertas”.18

¿POR QUÉ FUE ELEGIDO ELIAS El, PROFETA PARA RESTAURAR EL PODER PARA SELLAR? Ha sido un misterio para muchos miembros de la Iglesia el porqué estas autoridades no podrían haber sido conferidas por algún otro profeta, o profetas, probablemente Pedro, Santiago y Juan, que tenían las llaves de autoridad en los días de la Dispensación del Meridiano de los Tiempos. Indiscutiblemente, Pedro, Santiago y Juan podían haber conferido esta autoridad, si hubiesen sido comisionados; también Adán, pues él tenía las llaves de todas las dispensaciones. La razón por la cual Elías el Profeta fue reservado para esta misión, de acuerdo con el profeta José Smith, fue que:

“Elías fue el último profeta que tuvo las llaves del sacerdocio, y antes de la última dispensación será él quien restituirá la autoridad y entregará las llaves del sacerdocio, a fin de que se hagan todas las ordenanzas en justicia. Es verdad que el Salvador tuvo la autoridad y el poder para conferir esta bendición; pero había en los hijos de Leví mucho prejuicio… ¿Por qué enviar a Elías? Porque él tiene las llaves de la autoridad para administrar todas las ordenanzas del sacerdocio; y si no fuese dada la autoridad, no se podrían administrar las ordenanzas en justicia.”19

EN LOS DÍAS DE ELÍAS EL PROFETA NO HABÍA BAUTISMO POR LOS MUERTOS. Puesto que Elías el Profeta fue el último de los antiguos profetas que tenía esta autoridad, él fue el elegido para venir en los postreros días y restaurar la plenitud. ¿Pero cuál era la naturaleza particular de las llaves que tenía Elías el Profeta? Algunos han pensado que era la de las llaves del bautismo por los muertos; mas no era eso. No había bautismo por los muertos en los días de Elías el Profeta, o antes que Cristo salvara el abismo que separaba a los justos, en el paraíso, de los injustos en el mundo de los espíritus. Cristo fue el primero en declarar el evangelio a los muertos, y no fue sino hasta después de su resurrección que se otorgó este privilegio del bautismo por los muertos.

Las llaves que tenía Elías el Profeta eran las llaves del sacerdocio con poder para sellar.20


  •  1    Elijah the Prophet and His Mission, pág. 5; Mt. 16:14; 27:47; Mr. 6:15; 15:35; Lucas 4:25; 9:54; Ro. 11:2; Santiago 5:17.
  • 2    Conf. Rep., abril de 1936, pág. 75.
  • 3    He. 7:2-3.
  • 4    Inspired Version, He. 7:3.
  • 5    1 Reyes 17:1.
  • 6    1 Reyes 18:10-14.
  • 7    1 Reyes 18:15.
  • 8    Ex. 20:3-5.
  • 9    1 Reyes 17; 18;19; 21:17-29; 2 Reyes 1; 2; 3:11; 9:36; 10:10, 17; 2 Cr. 21:12-15.
  • *    En la versión inglesa no aparece como Elías el Profeta.
  • ** En la versión española de la Biblia, traducida bajo la dirección de Evaristo Martín Nieto, se encuentra traducido por lo que correspondería a: “hacer volver”, en inglés.
  • 10  Libros apócrifos, Eclesiástico 48:1-11.
  • 11  Juan 1:19-28; Lucas 1:17; Mt. 11:14.
  • *    Elijah es Elías el Profeta, y Elías sería llamado a su segunda venida, como precursor de Cristo, pero los ignorantes fariseos insistían en llamarle Elijah, por lo que respondía Juan; no.
  • 12 Mt. 17:1-13; Marcos 9:2-13; Lucas 9:28-36.
  • 13 Joseph Fielding Smith, Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 184.
  • 14  Dt. 34:5-6; Alma 45:18-19.
  • 15 D. y C. 110:11-16; 133:54-55.
  • 16  Elijah the Prophet and His Mission, págs. 6-18.
  • 17 Mal. 4:5-6; D. y C. 2:1-3;27:9; 110:13-16.
  • 18 Church News, 9 de enero de 1932, pág. 8; D. y C. 110:16.
  • 19 Smith, op. cit., pág. 205.
  • 20 Gen. And Hist, Mag., vol. 27, pág. 50.
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